El empleo de la tecnología digital en la creación de productos fílmicos ha intensificado los mecanismos de síntesis de sentido que conforman el lenguaje audiovisual, dadas las amplias posibilidades combinatorias que permite, tales como el montaje en capas, la interacción entre personajes registrados y elementos producidos computacionalmente, los recorridos imposibles a través del espacio. La formalidad de estas multi-presencias hace cada vez más difícil hablar del medio como indicio de lo real, incluso cuando el realismo –la representación verosímil– de la imagen digital sigue en búsqueda de perfeccionar su imitación de los objetos del mundo “natural” en la percepción mediática. El cambio de las dinámicas de producción fílmica, fundadas en la imagen-muestra fotográfica, registrada y proyectada para darle el movimiento y la vida, ha derivado en discusiones sobre una crisis de identidad en la imagen, acerca del carácter que se adjudicó al cine como prueba de sucesos, acciones y personas existentes. Los cambios