Esta obra es el resultado de convocar y conjuntar distintas voces que reflexionan el diseño, lejos de los linderos establecidos por la generación de productos, imágenes y edificaciones derivadas del proceso que significa hacer diseño.
Llevar acabo un ejercicio como este, parte de pensar al diseño ante todo como el ejercicio de una profesión, de un trabajo en el sentido más marxista del término y que, como tal, es efecto de dar una respuesta al proceso de modernización que viven las sociedades en relación con el nuevo orden que sus gobiernos instituyen a finales del siglo XIX y con base en determinadas políticas económicas que la industrialización empuja.
Tales son las razones que llevaron a considerar la práctica del diseño como un ejercicio revolucionario, con la consecuente motivación de buscar en ellas indicios concomitantes de sus esfuerzos por entender el quehacer que las define como una posible respuesta a procesos socioculturales, irreductibles a la producción de satisfactores con base en demandas determinadas.
Los trabajos de investigadoras e investigadores que conforman esta publicación discurren teórica e históricamente por sucesos distintivos de la modernización que Occidente vive hacia finales del siglo XIX y principios del XX, o bien repasan acuciosamente determinados casos de estudio que evidencian la vocación revolucionaria que entraña la práctica del diseño y la arquitectura.
Esta compilación rescata un aspecto de las prácticas del diseño y la arquitectura modernos, propio del sentido que las orienta y las distingue: catalizar los procesos sociales y que en pocas ocasiones es motivo de revisiones tanto del ejercicio profesional, de la educación, como de los resultados que obtiene.