Decir adiós a la TV es un acto que tiene tintes nostálgicos, al tiempo que nos abre puertas a nuevas formas de acceso e interacción con la información. Vamos de la transmisión a la interacción; de la linealidad a las hipermediaciones; del consumo a la colaboración; de lo monomedia a lo multimedia. Se remplaza un equipo que tuvo presencia en el desarrollo cultural duran - te casi sesenta años, con las implicaciones que tuvo su inserción en la vida de la gente; de modo que la cultura televisiva analógica marcó una modalidad de vivencia y de convivencia. Podría haber caracterizaciones de las generaciones vinculadas con los sucesos culturales que marcaron al mundo en términos históricos, y si bien esto dista de ser preciso, puede decirse que existen tres grandes sucesos históricos en el acontecer de la humanidad correspondiente al siglo XX y al inicio del XXI. El primero es la Segunda Guerra Mundial, se les ha denominado Baby boomers a las personas que nacieron después de ésta, y podríamos decir que se trata de una generación que vivió un tiempo dramático, marcado por el impacto de la guerra, lo cual ocasionó división entre los que proponían un cambio social y los conser - vadores, además de que prevaleció una postura no religiosa entre sus miembros. Fue la primera generación que creció con la TV, de modo que tuvieron acceso a series pregrabadas o en vivo que empezaron a configurar una relación receptiva, unidireccional de la información.