Rodrigo Martínez, (2019)

La producción contemporánea de cine experimenta una coyuntura que reúne el proceso de digitalización a una tendencia de apertura estilística. Hay una diversificación de la producción que incluye tanto los usos y funciones de la tecnología y las técnicas digitales como la irrupción de numerosos estilos. Este proceso de diversificación implica una transformación estilística, tecnológica y teórica. La primera transformación consiste en la aparición y estabilización gradual de tendencias estilísticas que no son compatibles entre sí. Liberados parcial o totalmente de los procedimientos y fórmulas de trabajo de las industrias predominantes, productores y realizadores han aprovechado la tecnología digital para hacer un cine que tiene cierta libertad en la etapa de planificación y posproducción de películas.